El actual edificio del restaurante Igeretxe en la playa de Ereaga es del año 1913. Anterior a este edificio, en su momento balneario, existió otro balneario denominado “La Perla”, el cual debía suministrar baños calientes, de forma gratuita, a las personas asiladas en el “Hospital Hospicio del Sagrado Corazón” de Algorta, que lo requirieran por prescripción facultativa.
Es en este momento cuando estas personas mayores observan que las noches sin luna, en las horas coincidentes con la marea baja, se observaba un resplandor próximo al camino-sendero que desde la parte delantera del balneario ascendía (y actualmente sigue ascendiendo) por la ladera hasta el pueblo de Algorta.
Intrigados por estos resplandores, las personas mayores del asilo se solían reunir estas noches para tratar de conocer las causas del resplandor. Fueron varias las noches en que estos resplandores se les mostraron en su autentica realidad: la aparición de la Virgen de Ereaga.
Según los testimonios de los presentes, las palabras que les decía en sus apariciones fueron: – ¡No temáis! Soy Ángel de Paz. Orad conmigo
El ocurrir estos hechos en la proximidad del cambio de siglo originó que no se informase a las autoridades eclesiásticas de la forma adecuada, razón por la cual no fue sacralizado el lugar como debiera haberlo sido. Este es el motivo de que a día de hoy no existe en Getxo una advocación mariana que suele estar tan extendida y existe en tantos lugares. Desde luego la Iglesia reconoce muy pocas mariofanías (apariciones de la virgen), y aun estas son consideradas «revelaciones privadas», pero deja a los fieles en libertad de creer en ellas o no.
Tal vez también los hechos ocurridos en Archena (Murcia) con Francisca Guillén Ortega conocida como “la Iluminada de La Algaida” (la Algaida es una pedanía de Archena), en el cambio del siglo, contribuyeron a que las autoridades religiosas no atendieran estas apariciones que, a diferencia de aquellas, no se centraron en una sola persona.
A partir de entonces se incrementaron los casos mejoras, en el balneario existente, lo que redundó en la extensión de su fama. Tal vez se podría llegar a hablar de curaciones.
Con el paso del tiempo, sin embargo, el hecho ha sido olvidado. Recientemente en los últimos años, al cumplirse el centenario, se ha señalado el lugar de Ereaga donde ocurrió el hecho, con la existencia de una paloma etérea, símbolo de la paz.
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