Juan de Jassu (o de Jaso) era presidente del Consejo Real de Navarra desde 1476 y, por tanto, uno de los cargos más importantes del reino cuando se produce su invasión en 1512 por las tropas de Fernando el Católico. Jaso tenia seis hijos, tres de ellos varones: Miguel, Juan y Frantzés (nombre medieval). Así que al final, no le quedó mas remedio que presentarse en Medina del Campo el 18 de enero de 1513 y jurarle fidelidad al rey Fernando, el cual le confirma en el cargo y permanece en él hasta su muerte en octubre de 1515.
Sin embargo en 1513 el rey Fernando dictó sentencia por la que adjudicaba los pastos del despoblado de El Real a los vecinos de Sangüesa y de Sos, desconociendo los derechos que tenia Juan de Jassu como señor del emplazamiento y castillo de Javier. Recurrió la sentencia; primero al rey, luego a las Cortes y más tarde al propio Consejo Real (del cual era presidente confirmado por este rey), sin resultado. Todo ello le produjo un gran disgusto al comprobar la pérdida de su poder político y feudal.
En 1516 el cardenal Cisneros asumió la regencia en Castilla y encargó la demolición de los castillos y fortalezas de Navarra, así que en el 1517 fueron demolidas las defensas del castillo de la familia, el castillo de Javier, donde había nacido Frantzés, razón por la que posteriormente incorporó este nombre al suyo.
Los dos hijos mayores (Miguel y Juan; Frantzés es aun pequeño) luchan por el restablecimiento del rey de Navarra. Así participan en el asalto a Pamplona del 20 de mayo de 1521, donde hay un capitán, llamado Iñigo, entre las fuerzas castellanas que controlan la ciudad. Y también están presentes en el siguiente intento de recuperación, donde son los defensores de la fortaleza de Maya o castillo de Amaiur en el valle del Baztán, donde son hechos prisioneros el 19 de julio de 1522. No se conoce su participación en los intentos anteriores de recuperación del reino (1512 y 1515) pues aun eran menores de edad.
Frantzés, nacido en 1506 en el castillo de la familia, actualmente sin castillo ni propiedades, se orienta hacia la carrea eclesiástica y es tonsurado (primer paso de preparación para recibir el sacramento del orden) en 1525 antes de desplazarse a Paris, donde reside en el colegio de Santa Bárbara, patrocinado no por España, sino por el rey de Portugal.
A principios del año 1529 aprobó el título de bachiller en Filosofía. Cuando está preparado su examen de licenciatura, conoce a un supuesto nuevo estudiante, vasco también, llamado Iñigo, que cojeaba, mucho mayor en edad que el resto de estudiantes, 37 años, que venía del colegio de Monteagudo tras protagonizar un gran escándalo.
Había sido denunciado ante el Inquisidor de los dominicos, por herejía y por haber seducido a algunos estudiantes para hacer “ejercicios espirituales” y que regalasen todo lo que tenían a los pobres y se retirasen como mendigos al asilo de los desamparados. Por ello, el resto de estudiantes del Barrio Latino la apodaban, “el seductor de estudiantes”.
Así pues, el día 1 de octubre ingresaba Iñigo, el cual para entonces usaba el nombre de Ignacio de Loyola, en el colegio de Santa Bárbara, dándose la casualidad, de que le pusieran el mismo tutor que a Frantzes de Jaso, Juan Peña, lo que significó que compartiera con ellos y Pierre Favre la habitación.
En principio, no hay, no siente, ninguna simpatía por el tal Ignacio que había sido capitán de las fuerzas castellanas, por el fuerte distanciamiento en cuestiones políticas, con vivencias diametralmente opuestas. Pero la mala situación económica a la que condujo a la familia de Frantzés la toma de Navarra, originó préstamos de dinero que Ignacio realizó a Frantzés, permitiendo el continuo lavado de cerebro de éste por aquel. Pues Ignacio cuando se veía en apuros marchaba a los Países Bajos, que estaban bajo control imperial español, consiguiendo dinero fácilmente de antiguos compañeros de armas, amigos y familiares. Dinero que utilizaba para ganarse la amistad de aquellos que escuchaban sus doctrinas y dogmas. Es la costumbre de la época, venta de espiritualidad e indulgencias por dinero (tesis protestante de la lista de quejas de Martin Lutero contra la Iglesia)
Y a pesar de que Frantzés se le riese a Ignacio a la cara por sus alocados proyectos, finalmente, este contacto y el de sus compañeros de habitación, el saboyano Pierre Favre y el valenciano Juan de la Peña, produjo un cambio de esquema en su mente, participando en la fundación de la Compañía de Jesús, en 1534, bajo las promesas de: pobreza, castidad, dedicación a la salvación de las almas, y peregrinar a Tierra Santa. Esta última no fue cumplida a pesar de la importante cantidad de dinero recibida de manos del papa para tal fin.
La Compañía fue aprobada en 1540 por Paulo III en aquel periodo de cisma y confusión, hasta la celebración del concilio de Trento (1545 y 1563) convocado por este mismo papa.
Hoy 3 de diciembre, en el día de su muerte, le recordamos como San Francisco Javier.
0 comentarios