El Proyecto Central de HART
Valores que orientan nuestros trabajos
Este documento recoge las reflexiones habidas en el seno de nuestra organización sobre las líneas estratégicas a las que deben estar orientadas nuestras acciones. Habiendo constatado que no hay razones sustanciales para modificar las bases y orientaciones fundacionales, nos ha parecido conveniente compartir esta conclusión con nuestros amigos y asociados. Es por ello, por lo que hacemos pública esta carta, que quiere ser una confirmación precisa y breve de la línea de trabajo que defiende HARTU-EMANAK y que, si no hay perspectivas que la modifiquen, continuará siendo durante los próximos años.
Va dirigido este escrito a todos los componentes de la estructura de Hartu-emanak, así como a aquellas personas y Organizaciones con los que trabajamos en los procesos que se orientan a activar la contribución social de las Personas Mayores desde la consideración de ser agentes de desarrollo social. Esta estrategia se inspira en el devenir de nuestra Asociación fruto del proceso de trabajo que hasta ahora ha recorrido desde su nacimiento en el año 2002. Lógicamente, la emergencia de nuevas políticas y proyectos supra-asociativos exigirían el estudio de posibles modificaciones organizativas y, en su caso estratégicas.
Con el objetivo de prevenir y poner fin a las manipulaciones que muchas veces son sometidos los colectivos de personas mayores –que impiden romper con los estereotipos, mitos y tratamientos infantilizados que todavía sufren- y siendo conscientes de que estamos ante una generación pionera de personas mayores ( así lo atestiguan intervenciones en foros internacionales ), trabajaremos para alcanzar la creación de foros de encuentro transparentes, espacios de reflexión y plena participación con las Administraciones, mayor legitimación para nuestras asociaciones, más eficacia en las políticas públicas, una ciudadanía más responsable en su dimensión pública y un mayor grado de profundización democrática desde una perspectiva crítica.
Utilizaremos para ello, un enfoque de <participación social> que se legitime no solo a través de los resultados, sino, también, a través de los procedimientos, trabajando para que sean más participativos, comprometidos y transformadores, e invitando a esta tarea a aquellas otras asociaciones y clubs de generaciones anteriores que siguen estando vigentes y que si bien encontraron su máxima razón de ser y utilidad en tiempos todavía no muy lejanos, deberían, progresivamente y de forma respetuosa para con sus asiduos, abrirse y evolucionar, con el apoyo de las Instituciones y la responsabilidad de los dirigentes de dichas asociaciones, hacia campos de actuación no neutrales que los nuevos tiempos nos están demandando.
Este nuevo enfoque de participación social permitirá aflorar las privaciones que, si nos atenemos a una concepción de ciudadanía plena, sufrimos todavía las personas mayores, y, asimismo, pondrá de manifiesto la necesidad de articular, a nivel de nuestra Comunidad, un nuevo modelo de política integral y transformadora para y con los mayores, tanto autónomos como dependientes, acentuando nuestro papel de interlocutor/creador y no solo consultor.
La situación actual debe contemplar un en el establecimiento de las políticas públicas, en aras de conseguir que nuestras Administraciones, asuman su responsabilidad de respeto y promoción del capital social y humano que las personas mayores tenemos. Por otra parte, debemos subrayar que las Instituciones públicas deben asumir su responsabilidad por los impactos negativos que puedan tener sus políticas en las condiciones de vida que sufren personas dependientes y otros grupos sociales en situación de vulnerabilidad, entre ellos los de mujeres viudas.
El proceso de implantación y desarrollo de estas políticas, que debería tener una perspectiva coordinada de ámbito autonómico, territorial y local; exige desarrollar en las personas, competencias para responder a los retos personales y sociales. Es decir, deben ser ofrecidos, promocionados y atendidos generosamente por las Instituciones los llamados proyectos de <formación permanente>
o . Es así, desde el conocimiento, como puede enriquecerse la participación social.
La implicación de todas nuestras asociaciones de personas mayores o adultos/mayores y la confianza en que – lo que se llama empoderamiento – serán imprescindibles para llevar a cabo los trabajos de incidencia política, comunicación, trabajo Inter.-asociativo, crecimiento en voluntarios y socios comprometidos, conexión con otros colectivos próximos ( asociaciones de vecinos, organizaciones de la juventud, …) y de captación de recursos; trabajos todos ellos que aflorarán adecuadamente en cada uno de los objetivos en los que se enmarquen las acciones a emprender. Sin olvidar el camino hacia una en red, reduciendo así la dirección jerárquica.
Esta filosofía de trabajo, adaptada a las posibilidades que ofrece la realidad de cada momento, se va desgranando en los planes de trabajo anuales de HARTU-EMANAK.
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